Estamos todas y todos confinados
por el COVID-19, ese coronavirus que está trastocando nuestras vidas, y no hay
más remedio que aceptar la realidad y adoptar una actitud positiva frente a las
circunstancias.
Si lees esto, todavía estás vivo,
y eso es lo mejor que podía ocurrirte. Si has perdido algún ser querido, yo y todos
te acompañamos en el sentimiento, porque eso es lo peor que podía haberte ocurrido. Si eres
de los que lucha en primera línea, yo y todos te enviamos nuestro más sincero
reconocimiento y te damos las gracias por tu sacrificio y esfuerzo, y te
admiramos. Si eres de los que como yo, estás confinado sin poder hacer mucho
más que salir a comprar y cuidar de los tuyos, yo y todos te agradecemos que
estés haciendo lo correcto, y estamos a tu lado aún sin conocernos. Si perdiste
tu empleo, cerraste tu empresa o te afectó un ERTE, yo y todos queremos
enviarte un mensaje de ánimo y solidaridad.
Ciertamente esta experiencia supondrá
un antes y un después en nuestras vidas. Una vez que todo pase, porque pasará,
quizás demos más valor a las cosas que más nos importan, muchas veces sin saberlo. Una vez salgamos de
nuestro confinamiento, no olvidaremos el valor que tiene poder estar con los nuestros, poder ayudar a los que más lo necesitan, poder disfrutar de nuestro tiempo y de nuestro trabajo, poder viajar y movernos por las calles de nuestras ciudades y pueblos, poder hacer
deporte o disfrutar de nuestras aficiones favoritas.
Quizás debamos agradecer al COVID-19,
una vez hayamos procesado todos los duelos y pérdidas, una vez hayamos resurgido de las cenizas, que
nos haya ayudado a comprender por qué estamos aquí y cuál es el verdadero sentido
y valor de nuestra existencia.
Pasará.
Ahora simplemente respira… saborea el aire que nos da la vida.
Ahora simplemente respira… saborea el aire que nos da la vida.