Este curso 2025-26 me han destinado como orientador y tutor a un centro de máxima complejidad de secundaria. Así que lo primero en lo que he pensado es en preparar un decálogo y compartirlo contigo por si puede serte útil. Para reducir la conflictividad en las aulas tenemos que recordarnos permanentemente algunos puntos clave, y no olvidar qué es lo más importante en cualquier centro educativo del siglo XXI.
1. Educación emocional y regulación afectiva
Es fundamental promover sistemáticamente el desarrollo de
competencias emocionales (identificación, expresión y regulación de emociones)
mediante metodologías activas y programas estructurados como RULER (1). La
gestión emocional del alumnado en riesgo es clave para prevenir conductas
disruptivas y fomentar el autocontrol.
2. Clima relacional positivo y
vínculo pedagógico
Es imprescindible establecer relaciones educativas basadas en la
confianza, la empatía y la coherencia afectiva. El vínculo docente-alumno es un factor protector frente
al abandono escolar y la conflictividad.
3. Expectativas altas y realistas
Tenemos que adoptar una perspectiva de altas expectativas
ajustadas a las capacidades individuales, evitando el sesgo del determinismo
social. La teoría del efecto Pigmalion (Rosenthal y Jacobson) demuestra
que las creencias del profesorado influyen directamente en el rendimiento y la
conducta del alumnado.
4. Currículum contextualizado y
significativo
Es necesario diseñar propuestas curriculares que conecten con la
realidad sociocultural del alumnado, incorporando contenidos relevantes,
flexibles y funcionales. El enfoque de la pedagogía crítica (Freire) y el
Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) favorecen la inclusión y reducen la
desafección escolar.
5. Gestión positiva del aula
Aplicar estrategias de comunicación positiva, disciplina restaurativa,
mediación escolar y normas co-construidas son la clave de los resultados. La gestión del comportamiento debe
centrarse en la prevención, la reparación del daño y el fortalecimiento de la
comunidad educativa, en lugar de centrarse en la sanción meramente punitiva.
6. Participación activa y
corresponsabilidad
Es importante fomentar la participación del alumnado en la toma de
decisiones, en proyectos colaborativos y en espacios de expresión. La pedagogía
participativa incrementa el sentido de pertenencia, algo fundamental en la adolescencia, y reduce la resistencia al
entorno escolar.
7. Intervención psicopedagógica
coordinada
Es necesario consensuar y establecer protocolos de actuación conjunta entre el
profesorado, el equipo de orientación, las familias y otros servicios externos que puedan intervenir. La intervención debe ser sistémica, interinstitucional y
centrada en el alumno, siguiendo el modelo de Respuesta a la Intervención
(RtI).
8. Inclusión educativa como
principio estructural
Hay que garantizar y promover la presencia, participación y progreso de
todo el alumnado, independientemente de sus condiciones personales o sociales.
La inclusión no es una estrategia, sino un principio ético y político que
orienta toda la acción educativa.
9. Formación continua y reflexión
docente
Puede resultar interesante impulsar procesos de formación permanente en
competencias socioemocionales, diversidad cultural, resolución de conflictos y
justicia educativa. La práctica reflexiva permite al profesorado
adaptarse a contextos complejos y tomar decisiones pedagógicas fundamentadas.
10. Cuidado del bienestar docente
No podemos olvidar un punto muy importante: reconocer y atender las necesidades emocionales y profesionales del profesorado que trabaja en contextos de alta exigencia. La prevención del burnout y el fortalecimiento del sentido de eficacia personal son esenciales para sostener prácticas educativas transformadoras.
(1) El programa RULER es una propuesta educativa desarrollada por el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, diseñada para fortalecer la inteligencia emocional en entornos escolares. Su nombre es un acrónimo en inglés que representa cinco habilidades clave: Recognize (Reconocer) Identificar emociones en uno mismo y en los demás. Understand (Entender) Comprender las causas y consecuencias de las emociones. Label (Etiquetar) Nombrar las emociones con un vocabulario preciso. Express (Expresar) Comunicar las emociones de forma adecuada al contexto. Regulate (Regular) Mejorar las emociones de forma efectiva.
El programa se apoya en cuatro herramientas prácticas que se integran en la vida escolar:
- Charter
(Manifiesto emocional): Documento colaborativo donde la comunidad
educativa define cómo quiere sentirse y cómo contribuir a ese clima
emocional.
- Medidor
emocional: Cuadro
que ayuda a identificar emociones según dos dimensiones: energía y
sensación.
- Meta-Momento: Técnica para pausar,
reflexionar y responder con inteligencia emocional ante situaciones
difíciles.
- Blueprint
(Plan de acción): Guía para resolver conflictos de forma empática
y reflexiva.
- Crear
un lenguaje emocional común en la escuela.
- Fomentar
la empatía y la convivencia.
- Mejorar
el clima escolar y el rendimiento académico.
- Involucrar
a toda la comunidad educativa: docentes, estudiantes y familias.