Este curso 2025-26 trabajaré como orientador y tutor en un centro de máxima complejidad de secundaria. Así que lo primero en lo que he pensado es en preparar un decálogo para tenerlo siempre presente y compartirlo contigo por si puede serte útil. Para reducir la conflictividad en las aulas tenemos que recordarnos permanentemente algunos puntos clave para no olvidar qué es lo más importante. De entrada, debemos considerar que la conflictividad es inherente a la convivencia porque cada persona es única, con sus propios intereses, necesidades y puntos de vista, y estas diferencias son la base de los desacuerdos que surgen al interactuar. Lejos de ser un evento puramente negativo, el conflicto puede ser un motor de cambio, una oportunidad de aprendizaje y crecimiento para toda la comunidad educativa, fomentando el desarrollo de la empatía, el pensamiento crítico y la capacidad de buscar soluciones colaborativas.
1. Educación emocional y regulación afectiva
Es fundamental promover sistemáticamente el desarrollo de
competencias emocionales (identificación, expresión y regulación de emociones)
mediante metodologías activas y programas estructurados como por ejermplo el programa RULER (1). La
gestión emocional del alumnado en riesgo es clave para prevenir conductas
disruptivas y fomentar el autocontrol.
2. Clima relacional positivo y
vínculo pedagógico
Es imprescindible establecer relaciones educativas basadas en la
confianza, la empatía y la coherencia afectiva. El vínculo docente-alumno es un factor protector frente
al abandono escolar y la conflictividad.
3. Expectativas altas y realistas
Tenemos que adoptar una perspectiva de altas expectativas
ajustadas a las capacidades individuales, evitando el sesgo del determinismo
social. La teoría del efecto Pigmalion (Rosenthal y Jacobson) demuestra
que las creencias del profesorado influyen directamente en el rendimiento y la
conducta del alumnado.
4. Currículum contextualizado y
significativo
Es necesario diseñar propuestas curriculares que conecten con la
realidad sociocultural del alumnado, incorporando contenidos relevantes,
flexibles y funcionales. El enfoque de la pedagogía crítica de Paulo Freire (2) y el
Diseño Universal para el Aprendizaje (3) favorecen la inclusión y reducen la
desafección escolar.
5. Gestión positiva del aula
Aplicar estrategias de comunicación positiva, disciplina restaurativa,
mediación escolar y normas co-construidas son la clave de los resultados. La gestión del comportamiento debe
centrarse en la prevención, la reparación del daño y el fortalecimiento de la
comunidad educativa, en lugar de centrarse en la sanción meramente punitiva. La implementación de los Equipos para la Convivencia (4) puede resultar muy útil desde los primeros momentos.
6. Participación activa y
corresponsabilidad
Es importante fomentar la participación del alumnado en la toma de
decisiones, en proyectos colaborativos y en espacios de expresión. La pedagogía
participativa incrementa el sentido de pertenencia, algo fundamental en la adolescencia, y reduce la resistencia al
entorno escolar. La implementación de programas de tutoría entre iguales puede resultar muy útil para activar la corresponsabilidad entre el alumnado.
7. Intervención psicopedagógica
coordinada
Es necesario consensuar y establecer protocolos de actuación conjunta entre el
profesorado, los equipos de orientación (EAP en Cataluña), las familias y otros servicios externos que puedan intervenir. La intervención debe ser sistémica, interinstitucional y
centrada en el alumno, siguiendo el modelo de Respuesta a la Intervención
(5)
8. Inclusión educativa como
principio estructural
Hay que garantizar y promover la presencia, participación y progreso de todo el alumnado, independientemente de sus condiciones personales o sociales. La inclusión no es una estrategia, sino un principio ético y político que orienta toda la acción educativa. Para ello debemos partir del análisis de las necesidades educativas del alumnado en un contexto determinado a fin de poder implementar las medidas y soportes que necesita (6). En este sentido, la lectura del Index for Inclusion (7) resulta casi imprescindible como punto de partida para el análisis y la mejora de la realidad educativa en la que nos encontramos.
9. Formación continua y reflexión
docente
Puede resultar interesante impulsar procesos de formación permanente en
competencias socioemocionales, diversidad cultural, resolución de conflictos y
justicia educativa. La práctica reflexiva permite al profesorado
adaptarse a contextos complejos y tomar decisiones pedagógicas fundamentadas.
10. Cuidado del bienestar docente
No podemos olvidar un punto muy importante: reconocer y atender las necesidades emocionales y profesionales del profesorado que trabaja en contextos de alta exigencia. La prevención del burnout y el fortalecimiento del sentido de eficacia personal son esenciales para sostener prácticas educativas transformadoras.
(1) Programa RULER: https://rulerapproach.org/
(2) Pedagogía Crítica: https://msuarez.webs.uvigo.es/WEB_Deseno_Material_2a.pdf
(3) DUA: https://udlguidelines.cast.org/static/udlg3-graphicorganizer-digital-numbers-a11y-catala%CC%80.pdf
(4) Equipos para la Convivencia: https://xtec.gencat.cat/ca/centres/projeducatiu/convivencia/aquiproubullying/equips-per-la-convivencia-a-secundaria/
(5) RTI: https://projectes.xtec.cat/educacioinclusiva/mesures-i-suports/
(6) Pautes NESE. https://xtec.gencat.cat/ca/curriculum/diversitat-i-inclusio/atencio-educativa-als-alumnes/nese/
(7) Index for Inclusion: https://drive.google.com/file/d/1K2Kj0Ox5vPcIk9X9mvFbNQUuaCg0iTqq/view?pli=1